Emilia Almanza
Trenzamos corazones con manos ágiles:
mientras nuestro aliento brote que surjan flores,
ritmos paralelos haciendo frente.
El espejo de mis ojos
dignos y en alto
está en tu marcha, tu risa,
tu pecho al aire,
tu entrecejo encabronado,
tu palabra libre,
tu música en vuelo,
tus tambores, tu micrófono,
tu congregación de asombros y despertares.
Nuestra pregunta trenzada
con lazo amoroso e impúdico
viaja por los territorios hecho abanico,
sostenido por mil manos y más
desde la rabia, la memoria, el dolor,
desde la fuerza, la emoción cristalina,
la claridad, la mirada fija,
la esperanza
desde el amor a la vida
desde la vida (esa divina finitud).
Abanicamos el viento que respiramos
y nos mantiene con pechos hinchados,
espaldas rectas, frentes en alto.
Abanicamos el grito que sacude,
derrumba y construye.
Abanicamos el aliento entre los besos,
el susurro de un “te amo” neto.
Abanicamos el aire que seca las lágrimas
y acaricia las mejillas hermanas.
Nuestro abanico es un corazón sano
de tantos territorios como cuerpos,
repletos de vida
en acto erótico batiendo los aires
moviendo la atmósfera toda.
OCASO
Susana Chávez, Cd. Juaréz. Creadora de la frase NI UNA MÁS!. Escribio este poema en 2004 tras el feminicidio de Linda Escobedo, hija de Marisela Escobedo.
He perdido la cuenta de tus huesos
introduciendo mi palabra al tiempo
entonces me fui a alguna parte
con el apetito dormido.
Fuiste tú el sitio del crimen,
quién me volvió clandestina melodía,
a quien contemplo mezclada de imágenes
sentada en una butaca del cine
para ver mí sombra.
Nos enredamos en el vacío
y de la nada surge tu boca
a desprenderme a Dios del aliento
en un espejismo que me brota
por un rumor indefinido.
Surges despuntando tu lengua
liberando a Sofía de tu interior.
Aquí estás, embalsamada,
casi real entre los árboles.
Pareces un chacal,
un alebríje que me conquista
más allá de lo intocable.
Te veo desatada en una ventana
alrededor de mi otra parte
dándole a mis ojos el cierre final.
A veces, también te veo
atrapada en un secreto
que duele entre mi carne.
Así voy avanzando paso a paso
tomando de una mano tu ruptura
y acariciando con la otra
los cabellos de alguien
por quien toco la magnánima vehemencia.
Así voy en mi misma
perdiendo la cuenta de tus huesos.
SOBREVIVIENTES
Rosa Maria Roffiel
(Veracruz - Mexico 1945)
Yo conozco tu locura porque también es la mía
Somos locas rebeldes
locas de estar vivas
locas maravillosas
estrafalarias, floridas
Ovejas negras
descarriadas sin remedio
vergüenza de la familia
piezas de seda fina
amazonas del asfalto
guerrilleras de la vida
Locas de mil edades
llenas de rabia y gritos
buscadoras de verdades
locas fuertes
poderosas
locas tiernas
vulnerables
Cada día una batalla
una norma que rompemos
un milagro que creamos
para poder seguir siendo
Locas solas
tristes
plenas
Mujeres locas, intensas
locas mujeres ciertas.
Acuérdate de mí
cuando el agua ya no tenga más reparo
y el viento no transporte risas
y la sangre no caliente nada
Piensame
cuando mi cuerpo sea un dibujo
inventado por el viento
con las hojas otoñales.
Recuerda mi voz
entre los dedos
ojerosos
de tristeza
por la ausencia
de violencia nata
Soy en ti
Piensame
y recuerda
que
la belleza
y este brillo que me
amparan
son la presencia antigua
de tantos y de tantas
retornando
en mi mirada.
UN DÍA QUE FUI MARIPOSA
Nellie Campobello
Soy mariposa
me gusta volar
y ver a través de
mis ojos dorados
mi libertad
Me gusta vivir
un día tener jardines
llenos de sol
tener alas
brillantes
mas no tener
corazón
Morir ebria
de belleza
morir ebria
de alegría
con las alas
abiertas
y a la luz
del día
En un hilito
de llama
azulada y roja
Es lo que yo llamo
morir como una
perfecta
mariposa
YO SOY LA MUJER
María Gutiérrez
Yo grabé las figuras en la pared de las cavernas
Descueré a las bestias y curtí sus pieles
Yo cocí la carne y la sequé para servirla en las noches frías del invierno
Cosí con los tendones y agujas de sus huesos el calzado de los padres de mis hijos
Los guerreros que me forzaron. Los valientes cazadores
Los jefes de los clanes. Los chamanes. Los bufones
Yo soy la mujer
Yo limpié sus mocos y su semen
Yo amamanté a sus bestias huérfanas. Y a las mías
Yo mantuve vivo el fuego
Amasé el barro de sus vasijas y las levanté, y las llené, y llené sus bocas y sus vientres
Y lo seguí hasta las trincheras para coser su camisa y sus heridas
Para llenar sus balas y secar sus ojos de la muerte
Yo soy la mujer
La esclava invisible
La niña mutilada por elhombredelacuchillasucia
La puta lapidada
La bruja de la hoguera
La loca amordazada
La concubina
Yo soy la mujer
Nunca en mí
Nunca mi dueña
Siempre en otras manos mi destino
Mi cuerpo
Mi esperanza
cercenada desde el centro
Yo soy la mujer
Yo caliento la cama de los hombres
Yo madrugo para besar su frente a pesar de su silencio
Y podría comprender su miradausentedegarrasdespiadadas
pero no quiero
No cerraré los ojos por más tiempo
ni ofreceré mi cerviz otro milenio
Viraré mi rumbo al sur de su camino
No voy a restañarlo de más guerras
Dejaré mi carga espesa de dolor y culpa y que la mar se lleve el pus del tiempo
Yo soy la mujer
Y con mis manos de tierra y miel
amasaré las horas y el pan cada mañana. Y un día cantaré
ALMA DESNUDA
Alfonsina Storni
Soy un alma desnuda en estos versos,
alma desnuda que angustiada y sola
va dejando sus pétalos dispersos.
Alma que puede ser una amapola,
que puede ser un lirio, una violeta,
un peñasco, una selva y una ola.
Alma que como el viento vaga inquieta
y ruge cuando está sobre los mares
y duerme dulcemente en una grieta.
Alma que adora sobre sus altares
dioses que no se bajan a cegarla;
alma que no conoce valladares.
Alma que fuera fácil dominarla
con sólo un corazón que se partiera
para en su sangre cálida regarla.
Alma que cuando está en la primavera
dice al invierno que demora: vuelve,
caiga tu nieve sobre la pradera.
Alma que cuando nieva se disuelve
en tristezas, clamando por las rosas
con que la primavera nos envuelve.
Alma que a ratos suelta mariposas
a campo abierto, sin fijar distancia,
y les dice: libad sobre las cosas.
Alma que ha de morir de una fragancia,
de un suspiro, de un verso en que se ruega,
sin perder, a poderlo, su elegancia.
Alma que nada sabe y todo niega
y negando lo bueno el bien propicia
porque es negando como más se entrega.
Alma que suele haber como delicia
palpar las almas, despreciar la huella,
y sentir en la mano una caricia.
Alma que siempre disconforme de ella,
como los vientos vaga, corre y gira;
alma que sangra y sin cesar delira
por ser el buque en marcha de la estrella.
CORAJE
Ana Swin
No seré esclava de ningún amor.
A nadie
devolveré el sentido de su vida,
su derecho al crecimiento constante
hasta el último aliento.
Maniatada por el oscuro instinto
de la maternidad,
sedienta de ternura como el asmático
de aire,
con qué empeño construyo en mí
el hermoso egoísmo humano,
reservado desde hace siglos
para el varón.
Contra mí
están todas las civilizaciones del mundo,
todos los libros santos de la humanidad
escritos por ángeles místicos
con la expresiva pluma del relámpago.
Diez Mahomas
en diez elegantemente enmohecidas
lenguas
me amenazan con la condenación
en la tierra y en el cielo eterno.
Contra mí
está mi propio corazón.
amaestrado por milenios
en la cruel virtud de la víctima.